Descubre la magnífica Cabeza de Bronce de Atenea Lemnia, una fiel reproducción de la famosa escultura atribuida a Fidias. Esta impresionante pieza captura la esencia de la diosa Atenea, representada como símbolo de sabiduría, guerra y protección.

Perfecto para añadir un toque de elegancia clásica a tu hogar o como regalo para los amantes del arte antiguo y la escultura clásica.

Características

• Material: Bronce, fundición a la cera perdida 
• Color: negro
• Dimensiones: 42 x 27 x 25 cm
• Peso: 10 kg 
• Hecho a mano en Italia.

Curiosidades Históricas

La Atenea Lemnia es una de las obras más famosas atribuidas a Fidias, un antiguo escultor griego. La escultura, también conocida como "El peso del pensamiento", representa a Atenea en un momento de contemplación, captando su fuerza e inteligencia. Esta representación de Atenea estaba ubicada originalmente en la Acrópolis de Atenas, símbolo de la protección divina sobre la ciudad.

Los clientes eran colonos atenienses de la isla de Lemnos. La estatua, que por ello fue llamada "Lemnia", tenía la función de exvoto, para congraciarse con la protección de la diosa, "patrona" de Atenas, durante la empresa colonizadora.

La gran novedad de la escultura fue la elección de Fidias de representar a Atenea, habitualmente presentada en armas y lista para el combate, en actitud no beligerante, de pie, vestida con túnica y manto, apoyada en la lanza y con el casco en la mano derecha.

La Atenea Lemnia se convirtió, por tanto, en el símbolo de la supremacía del pensamiento y en la transcripción monumental del poder político y el dominio imperial del pueblo ateniense.

Lamentablemente, la obra original de Fidia se ha perdido, pero es posible reconstruir su aspecto gracias a algunas réplicas en piedra de época romana, que reproducen sobre todo la cabeza: la más exacta y fiel de ellas es la que se conserva en el Museo Arqueológico de Bolonia, y realizada en mármol pentélico por un escultor griego de la época de Augusto. 

Mantenimiento

Para mantener tu estatua de bronce siempre brillante, límpiala periódicamente con un paño suave y seco. Evite el uso de productos químicos agresivos que puedan dañar el acabado. Si lo consideras necesario, utiliza un poco de cera para devolverle el brillo a la obra.